Una vez que el temazcal está totalmente caliente y las rocas (abuelitas) se encuentran al rojo vivo se procede con el saludo a los rumbos, estos comprenden  7 que son el oriente, poniente, norte, sur, al cielo, a la tierra y al yo superior.

  Se recorre a cada uno de los participantes con un sahumerio con copal.

El copal es utilizado por ser un elemento muy puro que oscila entre sólido y líquido, se saca de los árboles al cortar su corteza, por lo que al copal se le atribuye la condición de “lágrimas de árbol”, irónicamente, es la única resina que no hace llorar los ojos. El sahumado de los participantes representa una purificación, puesto que el temazcal representa el vientre de la madre tierra. 

   Para ingresar al temazcal, se coloca la frente en el piso de la puerta y se repite “Ometéotl”, pidiendo así permiso al dios creador, el ingreso a la madre tierra.

Todo en el interior del temazcal se mueve de acuerdo a la energía de los participantes y pues hay que equilibrar la energía. Los participantes, las piedras, la palabra, el agua, los instrumentos musicales, se recorre siempre en círculo, respetando el orden de la evolución y siguiendo el flujo de la energía.

   Una vez todos dentro, la puerta cerrada y en total oscuridad, el guía comienza a echar té de hierbas medicinales en las rocas calientes, produciendo así el vapor. El guía empieza dirigir las dinámicas que pueden ser cantos, meditaciones, respiraciones, hasta atravesar las cuatro puertas que integran la sesión de aproximadamente entre tres a cuatro horas. A lo largo de ese tiempo, el guía invita a los participantes frotarse el cuerpo con una toalla pequeña que van a estar remojando con agua fresca, para que se limpien el sudor y se refresquen y así evitar sin que se deshidraten así la experiencia sea placentera y se refresquen durante toda la ceremonia.

   Las llamadas “puertas” que comprenden todo el ritual del temazcal son las etapas por las que se atraviesas en la vida, la primera puerta representa la niñez, luego la adolescencia, posteriormente la adultez y finalmente la vejez, esto se lleva a cabo en cada puerta cuando se abre para que entren en ella las abuelitas; simbólicamente para llevarlo a cabo hay todo un ritual, pues todos los miembros que participan deben estar conscientes de que se termina una etapa o ciclo de la vida e inicia otro. 

   Cuando finaliza la sesión, se sale en la misma posición en la que se entró, agradeciendo nuevamente por la experiencia. Una vez fuera, los participantes se enjuagan con agua fresca esto es para cerrar sus poros después de ser abiertos dentro de todo lo que comprende el ritual dentro del iglú o temazcal  donde se estuvo eliminando toxinas.